Hace una década, la comunidad internacional reafirmó su anhelo de alcanzar un mundo sin drogas. Sin embargo, durante estos últimos 10 años, los datos disponibles muestran que la producción, la venta y el consumo de drogas actualmente ilegales están aumentando. También están aumentando los daños relacionados con las políticas vigentes, como pone de manifiesto el incremento espectacular de las sobredosis, el hacinamiento en las cárceles, la transmisión del VIH y la hepatitis, un mercado ilegal que cada vez genera más ingresos y es más violento, y que algunos toleren los asesinatos extrajudiciales de personas que usan drogas, unos asesinatos que a menudo se cometen a plena luz del día.